(KORN) Roberto Peñalva: La Media 5 fue un hijo pródigo

El ex directivo del establecimiento tuvo un mano a mano emotivo, habló sobre su etapa en la educación y que la situación de falta de espacio en las instituciones ya se había avisado hace tiempo, pero nada se hizo. 

Roberto Francisco Peñalva (62), es un vecino de San Vicente que se dedicó toda su vida a la educación. Hoy jubilado, ya alejado de la escuela pública, nos sentamos en la mesa de un bar a charlar. Puntualmente hablamos de su carrera y no pudo evitar emocionarse.

Cuando le pregunté por su formación, me dijo que tuvo dos profesiones, la docencia y el ser ingeniero agrónomo. “Siempre trabajé en el distrito. No tengo mayor idea de donde nació la vocación, siempre quise ser maestro. Me formé en la Universidad de Lomas de Zamora y en la Universidad de San Andrés”, me explicó mientras esperábamos un café.

Con respecto a la Escuela Media 5, Roberto estuvo desde la gesta, desde 1999 hasta el 2011, cuando se jubiló. “La media 5 es un hijo pródigo. Fue a ultranza de ideas de uno y de colaboradores, como Patricia Mutinari. Nos ayudaron mucho todas autoridades. Nunca tuvimos un contratiempo, al contrario”, relató.

Tomada como referencia como la escuela ubicada “detrás de las vías”, muchos recordarán que cuando llegó el edificio al barrio Santa Ana, muchos pensaron que era algo alocado. “El barrio, es una de las comunidades más nobles de Korn. A raíz de la escuela fueron llegando otros servicios, como el agua y el gas. Calculo que debe estar igual, pero no he vuelto a la escuela. Las paredes no tenían un rayón”, recordó el ex directivo.

A Peñalva esta escuela lo marcó, “fui muy feliz en esa escuela, como en la Agraria, o en la Técnica o en la Media 1. La incorporación de chicos que no eran de la escuela fue algo que me marcó, como en el programa Patios Abiertos, donde los días sábado pusimos actividades para los chicos. Una vez me interpela un grupo de muchachos pidiéndome permiso para hacer Hip Hop en la escuela, lo hablamos y nos dieron un ejemplo de inclusión. Eso nos acercó mucho a la comunidad”. Es que ese programa fue de mucha importancia para la comunidad, donde cientos de pibes entraban a disfrutar de las actividades, desde fútbol hasta dibujo.

Peñalva me dijo que fue un tipo afortunado, “yo creo que he tenido mucha suerte, porque he estado en el momento justo en el lugar indicado”. Es que él vivió el oleaje de construcciones de edificios educativos en el distrito. Pero con respecto a la situación actual de emergencia educativa y falta de espacio, me explicó que esto ya se sabía que iba a pasar, que se lo había anunciado y que ninguna autoridad hizo nada. “En algún momento tenía que pasar, nosotros lo planteamos en el año 2007, cuando hicimos un estudio de campo para analizar la población educativa futura. Se hizo un análisis y lo llamativo es que no se haya ocurrido antes, jeje”, además, añadió que “cuando fue el censo del 2010 se tomó conciencia del crecimiento del distrito. La franja educativa se amplió y nosotros hemos sido receptores de chicos de otros distritos. Hablamos de tres gestiones, el presupuesto educativo nunca fue el deseado. Personalmente yo lo hubiera gastado de otra manera. La mirada que hay que tener es más importante, pero nadie hizo nada en lo edilicio”, deslizó.

Roberto tiene su teoría de por qué pasó esto, cree que es un tema de toma de decisiones. “Son acuerdos, políticas. Ellos dicen `qué vamos a hacer cosas si no lo voy a inaugurar yo´, hay mucho personalismo que se tiñe con egoísmo, que le hace mal a la gente y de esas cosas se acuerdan”, me dijo.

Sorprendido por la declaración, porque todo esto era evitable, porque uno piensa en los años y gestiones que se olvidan de la gente, no pude evitar pensar qué puede pasar de aquí en un corto plazo si no se toman las cosas con seriedad y compromiso. Y en un momento me sorprendí más, pero pude entender algo que el entrevistado me explicó con respecto a la escuela de estado. “Comparando la gestión de escuela privada, no estamos a la altura, sí de lo pedagógico, pero no del servicio. Porque hacemos paros, por esto, por aquello. La movilidad social hace crecer este sector. Hay que reconocer que cubren la parte donde no llega el Estado. Yo que soy bicho de la escuela pública mandé a mis hijos a la escuela privada y quizás digan que es una incoherencia, pero el cariño por los de uno es mayor”, resaltó.

Para Peñalva la docencia tiene un lado A y un B, de cosas buenas y otras no tantas. Hoy por hoy, se cruza con ex alumnos y profesores que lo recuerdan con cariño. El rememora con orgullo que durante su gestión en la Media 5 fueron los primeros en tener modalidad de doble turno, la llegada del primer ascensor, que había una alta tasa de presentismo de alumnos, que los padres asistían en gran cantidad a las reuniones. O también momentos dolorosos, como el fallecimiento de la profesora Pino, con la cual se homenajeó poniendo su nombre al patio. "Desde que me jubilé no fui más, son ciclos que se cierran", me aclaró.

Y por el final de la entrevista y del café, Roberto me dice que la docencia para él “fue un modo y una filosofía de vida, fue mi vida misma. No sé si la docencia en general, sino la escuela como unidad. Yo no dejé nada de dar, he tenido muchísima suerte y lo di todo y no me quejo. Jamás hice un paro, siendo director de escuela, cuando más hay que garantizar la fuente laboral y hoy te cierran las escuelas. Vos no podés cerrar la escuela y en eso tengo una tranquilidad enorme”. Pero también recordó algo que decía siempre en cada acto escolar: para dar concejos están los padres y el Martín Fierro y nadie es tan imprescindible que pueda a ver todo y nadie es tan inservible que no pueda ayudar. En la escuela, desde el director, hasta el auxiliar, es parte de la docencia.