En tiempo político es militar a la fuerza o se "corta tu subsidio". Jugar con la necesidad de la gente.
Puntero político, en Argentina, dícese de los caudillos de los barrios populares, que usualmente funcionan como apéndice del Estado en cuanto al poder territorial y el clientelismo político. Esa es una definición de este tipo de sujetos.
Ahora bien, en años electorales y con las grandes necesidades económicas, son muchos los casos en que estos punteros se presentan en barrios y hacen campañas en nombre de algún político, que a su vez es su banca y a la vez cuenta con su protección y promesas de acomodamiento futuros.
La función de este puntero es reclutar gente, es decir, reclutar votos. Pero para que esta persona que es utilizada por su necesidad acceda es necesario seducirla y eso se hace mediante el cobro de un plan social que suele oscilar entre los 6 mil y 7 mil pesos. Pero hay un precio, porque se debe dejar una pequeña comisión a este puntero.
Ahora bien, la persona que acceda a este trato debe tener en cuenta que será llamada a eventos, marchas y todo tipo de manifestaciones relacionadas al candidato del puntero y que si se niega la amenaza es de "cortarle" el beneficio. Inclusive, hasta puede llegar a tener que ser parte de las extensas pintadas y jornadas de empapelamientos de calles con la cara y la fórmula a la que debe responder.
Un vecino del distrito de San Vicente comentó a Noticias que muchas de estas situaciones con comunes y que le han suspendido el pago por no acceder a la campaña, por una "falta de productividad".
Ahora bien, el puntero no tiene ideales políticos. Este va para donde vaya el viento y para donde vaya el dinero y donde mejor lo depositen. Es que, por ejemplo, en la zona muchos no entendían como uno de estos personales militó para uno y de golpe porrazo pasó para otro bando. La mesa chica donde se arreglan las cosas hizo que cambiara de opinión, más bien que metiera algún dineral más en su bolsillo.
Este solamente es un pequeño entramado, en el cual la gente es utilizada y se juega con la necesidad.
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