Fue una jornada agitada, sobre todo en Korn, donde grupos de personas protestaron en la calle.
El miércoles fue el comienzo de la cuarentena de tipo fase 1, es decir, que el confinamiento se vuelve más estricto, pero en Korn y San Vicente se dieron hechos particulares: reclamos grupales.
Si se tiene en cuenta que solo se debe salir con permisos, las protestas demuestras una clara violación a varios artículos que establecen que en primer lugar, puede afirmarse que todo aquél que incumpla con las obligaciones puestas en análisis, en principio, encuentra su encuadre típico en la figura prevista en el art. 205 del Código penal, que consiste en: “…el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
A su vez, sin perjuicio de la remisión de los Decretos de Necesidad y Urgencia mencionados al art. 239 del Código Penal de la Nación, como posible sanción penal contra los infractores de las obligaciones allí impuestas.
Definitivamente, si uno se rigiera por estas medidas, claramente hubo una gran cantidad de infracciones en estos reclamos, ya que en medio del confinamiento las salidas deben ser solamente para abastecerse de alimentos y ara las personas que cumplen roles esenciales en la comunidad.
Pero he aquí los motivos, por ejemplo, en Korn la primera protesta en horas de la mañana fue debido a que un sindicato local protestó aludiendo a despidos en la planta Santa Giulia. Al paralelo, otro grupo se hacía presente en el Concejo Deliberante reclamando por el cierre de planta Avicomar.
Para la tarde noche, la “cereza” del postre fue el corte sobre la Ruta 210 a la altura del barrio El Roll, donde manifestantes reclamaban la falta de servicio eléctrico.
Todos los reclamos son válidos, cada uno quiere hacer escuchar su voz, pero en tiempos de confinamiento estricto las opiniones no dejaron de circular, sobre todo porque en los eventos no había personas manteniendo el distanciamiento social y con tapabocas fuera de lugar.
El miércoles fue el comienzo de la cuarentena de tipo fase 1, es decir, que el confinamiento se vuelve más estricto, pero en Korn y San Vicente se dieron hechos particulares: reclamos grupales.
Si se tiene en cuenta que solo se debe salir con permisos, las protestas demuestras una clara violación a varios artículos que establecen que en primer lugar, puede afirmarse que todo aquél que incumpla con las obligaciones puestas en análisis, en principio, encuentra su encuadre típico en la figura prevista en el art. 205 del Código penal, que consiste en: “…el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
A su vez, sin perjuicio de la remisión de los Decretos de Necesidad y Urgencia mencionados al art. 239 del Código Penal de la Nación, como posible sanción penal contra los infractores de las obligaciones allí impuestas.
Definitivamente, si uno se rigiera por estas medidas, claramente hubo una gran cantidad de infracciones en estos reclamos, ya que en medio del confinamiento las salidas deben ser solamente para abastecerse de alimentos y ara las personas que cumplen roles esenciales en la comunidad.
Pero he aquí los motivos, por ejemplo, en Korn la primera protesta en horas de la mañana fue debido a que un sindicato local protestó aludiendo a despidos en la planta Santa Giulia. Al paralelo, otro grupo se hacía presente en el Concejo Deliberante reclamando por el cierre de planta Avicomar.
Para la tarde noche, la “cereza” del postre fue el corte sobre la Ruta 210 a la altura del barrio El Roll, donde manifestantes reclamaban la falta de servicio eléctrico.
Todos los reclamos son válidos, cada uno quiere hacer escuchar su voz, pero en tiempos de confinamiento estricto las opiniones no dejaron de circular, sobre todo porque en los eventos no había personas manteniendo el distanciamiento social y con tapabocas fuera de lugar.
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