A un año de la muerte de Berta Lasalle, parece que nada cambió

Un crimen que conmocionó a Alejandro Korn, la situación de inseguridad es complicada. Una editorial de reflexión.


Hace Exactamente un año entraba un mensaje en mi teléfono, una vecina me decía que habían asesinado a una mujer en  una vereda en un intento de robo. Minutos después la noticia comenzaba a trascender, se trataba de la muerte de Berta Lasalle, a manos de una escoria humana.

Esto es una simple editorial, pero es una invitación a la reflexión, porque el distrito tuvo ese día un hecho en dónde se tocaron profundamente los sentimientos de las personas. Fue el desencadenante de protestas en búsqueda de respuestas y de seguridad. Seguridad que hoy se sigue buscando.

La gestión de Mauricio Gómez ya pendía de un hilo, en materia de seguridad tuvo varios hechos que mostraron que los esfuerzos que se hacían eran insuficientes. La nueva gestión Mantegazzista tampoco mucho ha demostrado, porque los robos, asaltos violentos y otros hechos delictivos se siguen dando y parece no haber una decisión política de terminar con este problema que afecta al conurbano y al país.

Berta murió luego de que fuera interceptada en la calle Florida y Salvador por un menor que la atacó con un cuchillo en su garganta y muriera a pasos de su casa luego de ir a comprar pan. Pero la realidad es que Alejandro Korn está cada vez peor desde ese día. Barrios como Matadero, Villa Coll, La Esperanza, San José, entre otros, son protagonistas por diversos hechos delictivos. En esos barrios viven personas trabajadoras, pero también alojan a lo peor porquería humana, delincuentes que salen a robar y a cagarle la vida a la gente, como así también están en otras zonas del distrito. Disculpen la expresión, es que solamente hacen eso.

Duele. Duele ver que la situación no mejora, que a determinadas horas hay lugares que no se pueda circular por temor a ser asaltado, que le gente de bien tenga que vivir con miedo. Ese no es el distrito que uno quiere. Al que esté en el mando se le desea lo mejor, pero deben ser prioridad, con la delincuencia no se puede negociar.

Es esta era de los Derechos Humanos, los delincuentes parecen tener la prioridad en Argentina. El que trabaja queda como un boludo, el que se quiere comprar un terreno es un gil porque podría usurparlo, y la fomentación de la anti cultura del trabajo es una constante, esto no sé hasta cuándo puede aguantar. 

Los reclamos deben ser escuchados, la clase política no está a la altura de un problema que parece no tener solución. Ha pasado un año, más hechos delictivos se han dado, con violencia, con disparos, no hay prevención, no hay mejora policial, no hay móviles sanos en el Comando, no hay un norte, parece no haberlo. En medio de una pandemia los delitos van en aumento, la ciudadanía sigue esperando una respuesta, para que no se den más casos como el de Berta, en el cual dejaron a una familia con una pérdida irreparable.


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