(KORN) Pedro Saposnik, una vida dedicada a la salud en el distrito

Un breve mano a mano con una de las personas que atendió a gran cantidad de la población en su consultorio y en el Hospital Carrillo.

En la vereda de su casa que queda que queda sobre la esquina de la calle Rivadavia y la Av. Independencia, de repente me cruzo con un hombre que desde hacía rato lo venía buscando. Como esas casualidades que existen, pasa al lado de mi moto en su silla el doctor Pedro Saposnik.

De repente giro rápidamente y me acerco cuando está por ingresar a su vivienda y le digo: “Disculpe doctor Saposnik, hace semanas lo vengo buscando, es para hacerle una nota para un medio local”, a lo que el hombre de 82 años me observa y comenzamos a charlar como si nos conociéramos desde hace años, lo que es propio de la calidez de la gente de pueblo.

Ya presentado, le comenté que siempre trato de hacerle una nota a un personaje histórico de la comunidad y que mucha gente me había hablado maravillas de él, una persona que ejerció la medicina por años en este distrito, dedicado a la pediatría y a la docencia. “Estuve metido trabajando en las escuelas, fue profesor de secundaria en San Vicente y en el Almafuerte por 25 años en Ciencias Biológicas, Anatomía e Higiene”, me dijo, para constatar que no solo estuvo en el consultorio.
  
Saposnik no puedo evitar recordar sus inicios. "Yo estudié en la Universidad de Buenos Aires, en la Facultad de Medicina y la especialidad la fui realizando en Casa Cuna y en el Hospital de Lanús. Acá yo tenía el consultorio sobre Carola Lorenzini, a 50 metros de la barrera, cuando me casé en el año 65 pasé a esta esquina y después al lado”, me contó en la charla de la puerta de su casa. Y añadió que en los hospitales tuvo una larga trayectoria, “yo trabajé en el Hospital de San Vicente, en el de Adrogué, en Lanús, en el Muñiz, y fui director del Hospital Penna desde el 2002 al 2009”, declaró.

El doctor miraba a los autos pasar y alguna que otra persona lo saludaban y paraba a abrazarlo. Y después me dijo que había atendido a los hijos de esa gente u otros familiares. “Lo que pasa es que los médicos muy viejos tenemos mucha vocación, atendía mucha gente que no podía pagar y lo hice igual, por atender distintos casos, yo sé que uno es muy querido. O como cuando les daba regalito a los chicos en mi consultorio”, deslizó.

En un momento me tocó preguntarle sobre qué siente cuando ve ese reconocimiento después de tantos años de trayectoria, a lo que respondió que “es un orgullo, porque uno sabe que el reconocimiento de la gente me indica que trabajé bien. Como mi papá, cuando atendía en 1933 en Korn, cuando era una zona de más campo, cuando lo venían a buscar en carro para atender casos”, contó mientras lo escuchaba.

Con una charla que nos fue tomando varios minutos, Saposnik recordó a colegas como “coco” Rodríguez o el doctor De La Torre. “Anécdotas hay muchas, tengo varias. Tengo una memoria selectiva, de lo bueno no me acuerdo y de lo malo sí. Probablemente lo que más me acuerdo era haber diagnosticado a un chico de un cáncer de ganglios linfático, y al hacerle el diagnóstico tan rápido comenzó el tratamiento enseguida, y a los 3 o 4 años estaba curado. A veces es suerte y cuando tiene experiencia de muchos casos, uno ya aprende”, expresó. 

Los recuerdos son inevitables entre cada pregunta. Me contó de que hace poco viajó a Brasil y pronto espera ir a Canadá a saludar a uno de sus hijos que es neurólogo y trabaja allí. Pero cuando le pregunté que simboliza este distrito y sobre todo Alejandro Korn en su vida, el doctor sentenció diciendo que “es mi lugar, no me fui ni me iría nunca, porque es el lugar donde viví siempre. Porque me conoce todo el mundo y me siento cómodo y la paso muy bien con mis amigos”, finalizó.

Ya despidiéndonos, le agradecí por su amabilidad y por su tiempo. Mientras me preparaba a seguir mi camino no podía dejar de pensar en cómo sería ese antiguo Korn de campo y todas las calles de tierra. 

Comentarios

  1. Mi profesor, AMIGO, consultor permanente, pediatra de mi hija, quien anehla encomtrar otro medico como él para sus hijas...le agradezco todo lo enseñado como profesor, como médico profesional, como humano y como el gran padre y avuelo de muchos niños de San Vicente, y todo el conourbano,,,

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