(KORN/EDITORIAL) "Me compro una pistola y los saco a los tiros a estos negros"

Cada vez más familias eligen comprar un arma para hacerle frente a las situaciones de inseguridad. "El que quiera estar armado que ande armado", dijo alguien alguna vez.

Hace unos días charlaba con un hombre al que le tocó de cerca un caso de delincuencia y me explicó que estaba pensando en comprarse un arma para defenderse él y su familia. 

En Argentina, el 60% de las familias en Argentina tiene armas de fuego según un informe publicado por Diario Popular en noviembre de 2018. El artículo decía que hay en la República Argentina 1.298.000 armas registradas, con datos de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ex Renar).

Sobre una población de poco más de 40 millones de habitantes según el Censo 2010, hay una relación de un arma cada 30,81 personas o 3,33 armas cada 100, un nivel bastante más bajo que EE.UU (89/100), Brasil (54/100), México (49/100), en el mismo nivel que Alemania (30/100), sin embargo el alarmante nivel de inseguridad y muerte que padece la República Argentina en algunos casos está muy lejos de Alemania”, dijo Javier Miglino, Director de Defendamos la República Argentina.

¿Cómo es el trámite para obtener un arma legal? 
“Solo en la Agencia donde se registran las armas de uso personal, defensa, profesional, entre otras, se realiza el trámite pertinente para ser legítimo usuario. Una persona autorizada puede tener más de un arma”, dijo el especialista.

Para concluir, el informe decía que la estadística indica que en los hogares argentinos hay al menos 1.300.000 armas sin autorización o ilegales, precisando que el número total de armas se duplica y con ello el riesgo de muerte por arma de fuego.

Volviendo a la charla con este vecino, me decía que visto todo lo sucedido en este último tiempo, estaba pensando seriamente comprar un arma. “Me compro una pistola y los saco a tiros a estos negros”, expresó. Y regresando a las estadísticas, se calcula 8 asesinatos por día por uso de armas de fuego.

El punto está en analizar hasta dónde hemos llegado y hasta dónde podemos llegar. Hace poco sufrí un asalto a mano armada. Si yo hubiera tenido un arma en mis manos no sé cómo hubiera reaccionado, en ese momento de adrenalina tal vez hubiera tirado, tal vez no, quién sabe. Pero sinceramente varias veces pasó por mi cabeza tener una pistola, sevillana o hasta un gas pimienta para los largos trayectos de regreso a casa en horas de la medianoche.

La sensación de falta de protección y de necesidad de sentirse seguro pasa por muchos por tener un arma. El clima es hostil, la inseguridad nos toca de una o de otra manera. Yo opino que los que son electos para cumplir sus funciones deber trabajar por el bienestar de la gente de bien. Estamos, en muchos casos, a la deriva. 

Falencias en educación, en salud, en seguridad, inestabilidad en lo económico y en lo político...Todo es parte del combo que lleva a uno a pensar a comprar un arma.

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