(SAN VICENTE) ¿Se acaba la noche sanvicentina?

Con controles más estrictos y diversas inspecciones, los lugares bailables y otros locales más quedaron en el eje de la polémica.

Desde hace un mes los controles a locales bailables, cervecerías y restobares comenzaron a ser más estrictos por parte del personal municipal. Es que la cuestión plantea un dilema en el que se enfrentan varias partes.

La ordenanza 1592, modificada por la número 2914, plantea la inspección a estos tipos de locales. Por un lado, podemos encontrar a un grupo numeroso de vecinos que explica que luego del cierre de estos tipos de locales, las escenas que se ven en la calle por parte de jóvenes alcoholizados son lamentables y hasta un punto “peligrosas”, porque son conocidas las historias de peleas, robos y otros tipos de violencia que se pueden ver en esas situaciones.

En otra parte se encuentra el personal de control del municipio, que en reiteradas ocasiones se dirigió a diversos locales bailables a regular el horario de cierre de los espacios.
Es que, según las normas, los locales bailables deberías ir cerrado para el horario de las 4:30 de la mañana.

Entonces en el otro rincón tenemos a los comerciantes, de los cuales varios ya han vivido estos episodios en los pasados fines de semana. Hasta se comentó una versión de que el intendente Mauricio Gómez habría ido a una reconocida cervecería/karaoke de la zona a pedir que detengan el ruido que salía del recinto a altas horas de la madrugada. Dicha versión fue desmentida por personal municipal, explicando que es cierto que el intendente se dirigió hacia allí, pero la situación de violencia la propició otro grupo ajeno.

Una fuente gubernamental dijo a este medio que los boliches, bares, etc, deben apegarse a las medidas, porque si no hay regulación presentan un panorama para muchos de los vecinos de la zona.

Para varios comerciantes que viven de la noche sanvicentina, esto significa pérdidas, dialogando con uno de ellos, comentó a Noticias que desde hace cuatro fines de semana los números van cerrando en negativo, debido a que en “la mejor parte de la noche”, todo finaliza. Además, muchas personas viven de esto, porque en estos espacios hay empleados que trabajan desde la barra hasta en la prevención y control interno.

Deberán, entonces, los propietarios y clientes de estos espacios acomodarse acorde a estas nuevas disposiciones. Con penas que pueden ir con multas y clausuras, la cuestión de estos lugares se puso en boca de todos.

También entra en juego el rol de los jóvenes, que muchos ya piensan en dirigirse a otros lados para disfrutar de la noche, lo que implica un riesgo. Por eso, todos estos factores se suman y dan a pensar en partes que están en una especie de choque, pero que seguramente se podría llegar a una solución.

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