(SAN VICENTE) Alma, una pequeña con autismo severo rodeada de amor

Una conocida familia sanvicentina nos deja ver cómo es el día a día con una persona que posee el trastorno.

Alma Godoy tiene 10 años, es la hija de Andrés y Brenda, y hermana de Nacho. Ella posee un autismo severo, con retardo madurativo y epilepsia. Pero esto no le impidió desarrollarse en un ámbito de cariño y amor que le proporciona su familia.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que ya se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de todo el ciclo vital.

Los síntomas fundamentales del autismo son dos:
• Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social.
• Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.

Su padre le abrió la puerta a Noticias de Empalme para ver en primera persona cómo es vivir con una pequeña que necesita de muchos cuidados debido al trastorno que padece.

Ella asiste a una escuela especial en Korn, y a lo largo de este tiempo realizó diversos tratamientos y hasta trabajos con equinoterapia. “Alma no habla, cuando era más chica decía algunas palabras, pero con el tiempo dejó de decirlas”, explicó su madre a este medio.

A Alma le fascina jugar con revistas, la atrae los colores y las imágenes del papel, también mira tv y le encanta pasar tiempo en el sillón de la casa. Cuando le toma la mano a una persona es una muestra de confianza que brinda, lo que significa que se siente a gusto.

En cuanto a los cuidados especiales, la pequeña debe estar alejada de los utensilios peligrosos. En su cuarto no hay cartelería ni cosas que puedan estimularla demasiado, porque alguna que otra vez quiso “escalar” la pared para alcanzar las cosas.

Con respecto al grupo de padres que se reúnen en San Vicente, su padre especificó que “nos gusta que lo referido al autismo se de a conocer, más en el distrito. Hace un tiempo que con otros padres estamos en el grupo de autismo en San Vicente, yo conocí a Diego Caradonti y después empecé a conocer más casos sobre chicos que padecen autismo en la zona”, relató Andrés.

Con Alma la rutina de la familia cambió y los cuidados aumentaron. Un día en la rutina de la niña implica muchas especificaciones y gran atención. “Con que ella sea feliz nos basta”, declaró su madre. Está rodeada de un círculo de amor que día a día la lleva para adelante.

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