Racing venció a Independiente desde los doce pasos

DEPORTES/FÚTBOL DE VERANO

    Foto:La Nación.


La Academia volvió a quedarse nuevamente con el clásico veraniego en Mar del Plata y obtuvo la Copa Revancha. El rojo mejoró con respecto a su actuación en Salta, pero los hinchas reflejan su disconformidad.


La Copa Revancha quedó en manos de Racing, que se quedaron con los dos clásicos de veranos vs Independiente. En un partido sin mucho brillo, La Academia dominó la primera parte, mientras que los diablos mejoraron y pudieron ganar en el complemento, solo si Vera hubiera estado más afilado.

Los de celeste y blanco tenían la pelota y la trataban bien. Independiente se replegaba y la línea de tres conformada por Figal, Franco y Tagliafico se transformaba en una estructura de cinco hombres, con Martínez y Sánchez Miño. Ya en esa primera mitad, el mano a mano de Lisandro López y los intentos de Luciano Aued, Marcos Acuña e Iván Pillud convertían al arquero Martín Campaña en figura. Racing intentaba e intentaba, pero no podía concretar. Mientras tanto, el rojo ni se acercaba al arco defendido por Agustín Orión. La academia merecía irse al descanso arriba en el marcador, pero no podía concretar. Y así se fue la primera mitad.

En el segundo tiempo ocurrió algo similar que en el complemento del cotejo en Salta, pero con diferencia en el marcador: Racing salía atrasado unos metros en su campo e Independiente proponía. De esta manera, con la aparición del pibe Togni como estandarte, el rojo tuvo cuatro ocasiones clarísimas, tres en los pies de Vera y una en los botines de Rigoni. Pero el uruguayo estuvo falto de precisión y perdonó varias veces al arquero académico. Los dirigidos por Cocca también tuvieron un par de chances, con Sergio Vittor y Santiago Rosales, pero otra vez la falta de eficacia hizo estragos. Así, con 90 minutos que solo entusiasmaban de a ratos, se debió acudir a la definición desde el punto del penal.

Muchas veces se suele decir que los penales son cuestión de suerte, pero 15 de los 18 muchachos que patearon en el José María Minella demostraron que esa teoría es todo un mito.  Clavaban el balón en el ángulo, fulminaban la red o definían con sutileza: calidad pura.

Independiente pateaba primero y Racing aguardaba el error para liquidar. No se sacaban ventaja y hasta se llegaba a disfrutar algo tan sufrible como las definiciones de este tipo. Hasta que en el cuarto penal de la academia, Vittor la envió a las nubes y el rojo vio la posibilidad de ganar. Sin embargo, el pibe Blanco se enfrentó con la responsabilidad y la envió alta. Se hundió en llantos al instante. Devolución de favores y ambos de nuevo con vida.

Ahí comenzó la sucesión de penales, uno por cada lado, a muerte súbita. Las ejecuciones seguían siendo exquisitas y nadie se adelantaba. De esta forma fue hasta el penal número 17, cuando Nery Domínguez, ingresado en el complemento, disparó con displicencia y Agustín Orión, con la viveza y pircadía que supo demostrar en otras ocasiones, le contuvo el remate. Rosales solamente tuvo que enfrentar a Campaña y colocarla a la derecha con simpleza para llevarse la victoria y un empujón anímico importante.

Fuente: Dueño de Una Pasión.

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