Falta de protocolo por parte del intendente en la jura de autoridades y otros actos, ¿es esa la conducta que corresponde a un dirigente político?
Hay lugares donde emitir opiniones y lugares donde es mejor reservarlas. Lugares donde una palabra de más puede desatar el enojo del resto, y si no se es lo suficientemente “vivo”, o “pillo” para redimir la situación, la cosa puede terminar fulera.
He aquí el porqué de nuestro título, porque si Mauricio Gómez fuera un tipo más inteligente no se hubiera prestado al juego de responder insultos y demás. Porque una persona que tiene su cargo tiene que estar a la altura de las situaciones, y en estos meses de gestión Gómez le ha errado bastante en la forma de manejarse en los actos públicos.
Tildado de soberbio e inoportuno, Gómez ha sabido demostrar ser ofensivo con algunas declaraciones, la del lunes pasado no fue la excepción. “Tengo que escuchar de los más ladrones que hay vende patria”, esto desató una serie de abucheos e insultos hacia su persona. Decirlo en un contexto así no fue nada inteligente. Más allá de que lo piense, es un acto equivocado por parte de un servidor público, esto aumenta el odio y la famosa “grieta” en la sociedad. Partamos de que el acto de falta de respeto hacia su figura también es un acto pésimo por parte de los que estaban allí presentes, pero su accionar no fue (a mi entender) el que debía ser.
Pero como si fuera poco, no todo termino allí, si bien parecía que debía pedir una disculpa, Gómez aludió que “soy el intendente, elegido por el voto popular, como fueron elegidos los concejales de Unidad Ciudadana, pero bajo ningún punto de vista se puede faltar el respeto”, pero si nos ponemos a analizar la respuestas brindadas hacia el público también fueron una ofensa.
Y la frutilla del postre fue con la que cerró: “algunos concejales por Dios y por otras cosas más (referente a los Kirchneristas que juraron por Néstor y Cristina desempeñar sus funciones), los presos están bien juzgados”.
Sin dudas son declaraciones inoportunas, no suman a nada y más allá de que sea considerado una persona pasional o lo que fuera, este sujeto demuestra que en la diplomacia está reprobado totalmente. Ojalá mejore, ojalá…
Hay lugares donde emitir opiniones y lugares donde es mejor reservarlas. Lugares donde una palabra de más puede desatar el enojo del resto, y si no se es lo suficientemente “vivo”, o “pillo” para redimir la situación, la cosa puede terminar fulera.
He aquí el porqué de nuestro título, porque si Mauricio Gómez fuera un tipo más inteligente no se hubiera prestado al juego de responder insultos y demás. Porque una persona que tiene su cargo tiene que estar a la altura de las situaciones, y en estos meses de gestión Gómez le ha errado bastante en la forma de manejarse en los actos públicos.
Tildado de soberbio e inoportuno, Gómez ha sabido demostrar ser ofensivo con algunas declaraciones, la del lunes pasado no fue la excepción. “Tengo que escuchar de los más ladrones que hay vende patria”, esto desató una serie de abucheos e insultos hacia su persona. Decirlo en un contexto así no fue nada inteligente. Más allá de que lo piense, es un acto equivocado por parte de un servidor público, esto aumenta el odio y la famosa “grieta” en la sociedad. Partamos de que el acto de falta de respeto hacia su figura también es un acto pésimo por parte de los que estaban allí presentes, pero su accionar no fue (a mi entender) el que debía ser.
Pero como si fuera poco, no todo termino allí, si bien parecía que debía pedir una disculpa, Gómez aludió que “soy el intendente, elegido por el voto popular, como fueron elegidos los concejales de Unidad Ciudadana, pero bajo ningún punto de vista se puede faltar el respeto”, pero si nos ponemos a analizar la respuestas brindadas hacia el público también fueron una ofensa.
Y la frutilla del postre fue con la que cerró: “algunos concejales por Dios y por otras cosas más (referente a los Kirchneristas que juraron por Néstor y Cristina desempeñar sus funciones), los presos están bien juzgados”.
Sin dudas son declaraciones inoportunas, no suman a nada y más allá de que sea considerado una persona pasional o lo que fuera, este sujeto demuestra que en la diplomacia está reprobado totalmente. Ojalá mejore, ojalá…
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