En el barrio La Esperanza, los vecinos se sienten olvidados.

Recorrimos el barrio korense “La Esperanza” y la gente de la Unión Vecinal Sebastián Velázquez nos contó de algunas duras realidades que atraviesan allí.

Noticias de Empalme San Vicente fue solicitado y respondimos. Recibimos un mensaje de gente perteneciente a la Unión Vecinal Sebastián Velázquez, ubicada en el Barrio La Esperanza en Alejandro Korn. Más precisamente en la calle Álzaga.

Natalia Núñez es una de las integrantes de dicha unión, nos contó que están ubicados en predios que fueron cedidos por el municipio en la gestión de Daniel Di Sabatino y que la institución está en plena formación. Allí se dedican a ofrecer actividades para los chicos del barrio, como fútbol o vóley. En el predio se realiza lo posible para contener a los menores, alejarlos de las malas influencias que han llegado al barrio korense. Una de esas malas influencias es la droga, la cual circula libremente según los vecinos.
Victoria Romano es la presidenta de la Unión Vecinal y nos comentó que los vecinos habían hecho reclamos por el tema de la inseguridad que hay en el barrio. Hace tres años el comerciante Sebastián Velázquez fue asesinado en ocasión de robo, por eso la Unión Vecinal lleva ese nombre en homenaje al difunto vecino. La misma institución nació debido a la falta de respuestas de las autoridades en los reclamos que nadie respondió, por eso los vecinos decidieron unirse y actuar. El estado de las calles es otro tema, inclusive una casilla que se prendió fuego terminó consumida en su totalidad porque el camión de bomberos no pudo llegar a destino debido al mal estado de las mismas.
Algunas personas también comentaron con respecto al lugar donde viven que “estamos para atrás, estamos olvidados. No tenemos ni zanjeos y el servicio de recolección de basura es casi nulo. Los reclamos ya los hicimos, pero desde el municipio nos sentimos ninguneados”.

Una realidad que aprieta, en el barrio La Esperanza hay cosas que las autoridades deberían ver, hay cosas que hacen pensar e imágenes que duelen mucho, como una calle con un pozo con casi un metro de profundo o la precariedad del vecindario hace pensar que algo se ha hecho mal y que tampoco parece haber soluciones  en un corto plazo.

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